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4 de septiembre de 2013

Humo y Salud










  No solo tenemos humos en nuestras ciudades desarrolladas. Por nuestras fabricas y nuestros vehiculos.
Importa y mucho el humo que respiran muchas personas, por cocinar simplemente. Veremos partes de un texto de : Vinod Mishra

"Las concentraciones de contaminantes atmosféricos perjudiciales para la salud tienden a ser más altas en lugares cerrados en los países en desarrollo, contrario a la creencia común de que esto es ante todo un fenómeno urbano asociado con los vehículos motorizados y las industrias. Una gran proporción de los hogares en países en desarrollo dependen de combustibles de biomasa – leña, estiércol y residuos de sus cultivos – para cocinar y calentar sus viviendas. Como resultado, unos 3.500 millones de personas, en su mayoría residentes en zonas rurales, están expuestas a altos niveles de contaminantes atmosféricos en sus casas.
A medida que las sociedades van modernizándose, los hogares suben un peldaño en la “escalera energética” a los combustibles líquidos o gaseosos más limpios y, en algunos casos, la electricidad para cocinar. Se proyecta que el uso de los combustibles de biomasa irá disminuyendo lentamente en general, pero continuarán siendo la primera fuente de energía doméstica en gran parte del mundo en desarrollo durante el futuro previsible: según algunos estimados, en algunas regiones pobres, la dependencia de estos combustibles en efecto podría haber aumentado en fecha reciente"

Los ambientes dedicados a cocinar tienden a estar mal ventilados en muchas viviendas de los países en desarrollo, que en su mayoría no tienen una cocina separada. La vida se desarrolla en torno al lugar en que se cocinan las comidas, y las mujeres pasan gran parte de su tiempo allí. Las cocinas en su mayoría son muy primitivas – con frecuencia nada más que un hoyo o tres ladrillos – y queman los biocombustibles de manera ineficiente. Así, los habitantes, y las mujeres y los niños pequeños en especial, tienden a estar expuestos a altos niveles de humo de cocinas, que exceden con mucho los niveles recomendados por la O M S.
Este humo de biomasa contiene muchos componentes nocivos, incluso partículas respirables en suspensión, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, formaldehido, e hidrocarburos poliaromáticos tales como benzo(a)pirina. Altas exposiciones a estos componentes pueden afectar el sistema respiratorio, los ojos, y las respuestas del sistema inmune, y aumentar la susceptibilidad a las infecciones y las enfermedades. Se los ha vinculado con serios problemas de salud, incluso tuberculosis, infecciones respiratorias agudas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cor pulmonale, y cáncer del pulmón – y se asocian con asma, ceguera, anemia, y resultados adversos del embarazo como peso bajo al nacer y mortalidad perinatal.

Tuberculosis
Recientes investigaciones sugieren que personas que viven en casas que dependen fundamentalmente de biocombustibles para cocinar con dos a tres mayor probabilidad contraerán tuberculosis activa que aquellas que usan combustibles más limpios. Al reducir la resistencia a la infección inicial o promocionar el desarrollo de tuberculosis activa en personas que ya están infectadas, o ambos, el humo de las cocinas puede aumentar el riesgo de tuberculosis. La tuberculosis pulmonar, la forma más común de la enfermedad, es transmitida por la tos, que se ve aumentada por el humo. La benzo(a)pirina, un conocido carcinógeno, se halla en este humo en grandes cantidades, y hay pruebas de que esto puede deprimir las respuestas del sistema inmune.

Infecciones respiratorias agudas
Estas infecciones constituyen la causa singular más importante de morbilidad y mortalidad en todas partes del mundo, dando cuenta de la muerte de más de 3 millones de niños menores de cinco años cada año – y de un 9% aproximadamente de toda la carga de enfermedad en el mundo. La exposición prolongada a altos niveles de humo de biomasa puede dañar la capacidad de depuración de los pulmones y volverlos más susceptibles a infección. Los efectos pueden ser particularmente graves para los niños pequeños, que tienden a quedarse en la casa, a menudo atados a la espalda o sentados en el regazo de la madre mientras ella está cocinando.
 Las infecciones respiratorias repetidas o graves en la infancia también pueden conducir a enfermedades crónicas de los pulmones en la edad adulta. Un número de estudios han reportado una asociación entre la exposición al humo de biomasa y bronquitis crónica o enfermedad de obstrucción pulmonar.
 Es probable que, más bien que causar el asma en primer lugar, el humo agravará el asma desencadenando un ataque. No obstante, los ataques repetidos debidos a la exposición al humo pueden dejar a la persona más vulnerable a pequeñas dosis y aumentar la gravedad de los ataques. La exposición a partículas finas en el humo se ha vinculado con mayores síntomas de asma y visitas a consultorios de emergencia.
  El humo de la combustión de biomasa contiene grandes cantidades de monóxido de carbono (CO), que puede combinarse con hemoglobina en la sangre para producir carboxihemo-globina (HbCO), reduciendo con ello efectivamente la cantidad de oxígeno transportado a los tejidos del cuerpo y causando anemia. Esto es particularmente importante para las mujeres debido a que ellas tienen menos reservas de hemoglobina que los hombres, y porque sus niveles naturales de HbCO aumentan considerablemente durante el embarazo. Por otra parte, las mujeres son quienes cocinan  y  están más expuestas al CO.
  Es sabido que las cataratas – la principal causa próxima de ceguera total en el mundo – están vinculadas con el daño al ojo que, entre otros factores, puede ser producido por una pesada contaminación transportada por el aire. Varios estudios en humanos indican que el humo de tabaco puede causar catarata, lo cual sugiere que el humo de las cocinas podría tener un efecto similar, si bien la investigación llevada a cabo es limitada. El tracoma y la conjuntivitis, también causantes de ceguera, tal vez podrían ser agravados por el humo.
 El humo de las cocinas, igual que el humo de tabaco, contiene numorosos hidrocarburos aromáticos policíclicos, tales como benzo(a)pirina, que pueden causar cánceres. La investigación empírica ha demostrado una asociación entre la exposición al humo de carbón y el cáncer de pulmón, pero la evidencia que vincula el humo de biomasa con el cáncer de pulmón es limitada.
 La opción es clara. Es posible salvar millones de vidas humanas y evitar gran cantidad de mala salud en los países mediante la reducción de los niveles de contaminación en lugares cerrados del humo causado por cocinas y estufas. Tal vez la opción política a largo plazo más obvia consiste en promocionar un cambio de los combustibles de biomasa a los combustibles más limpios. Otras incluyen fomentar viviendas mejores y cambiar la conducta mediante programas de educación sobre los efectos adversos de la exposición al humo de las cocinas.
Empero, a corto plazo, la falta de disponibilidad de infraestructura y combustibles alternativos – y de la capacidad de la gente para pagarlos – podría hacer imposible un cambio de los biocombustibles. Una política más práctica consistiría en promocionar cocinas mejoradas. Hace falta proveer cocinas y estufas de bajo costo que queman biomasa de bajo consumo de combustible, producen menos humo, provistas de tiros o campanas diseñadas para evitar el escape de contaminantes al interior de la habitación. 

Animo y a diseñar cocinas, estufas.... baratas y faciles de realizar 

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Algunos ambientadores domésticos son más tóxicos que el tabaco, según la OCU


La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España. 
Y otras entidades de Bélgica, Italia y Portugal, analizaron veintidós ambientadores de uso doméstico con el objetivo de comprobar qué tipo de sustancias emiten al aire. Y dicen que:
“emiten niveles excesivos de compuestos dañinos como el benceno y el formaldehído”.
Los ambientadores analizados se asocian al bienestar y la relajación y cada vez son más utilizados en los hogares pero, "lamentablemente, lejos de producir esos beneficios, lo que hacen algunos es emitir niveles excesivos de sustancias tóxicas, alergénicas y contaminantes", señala la OCU. En vez de ambientar en realidad empeoran la calidad del aire, "comparable en términos de toxicidad a una sala de fumadores muy cargada". Las asociaciones de consumidores reclaman una legislación que fije un límite de emisiones y obligue a mostrar en el etiquetado los riesgos para la salud.


La OCU recomienda no usar este tipo de ambientadores dado que no limpian el aire ni suprimen malos olores; y no emplearlos en lugares que carezcan de ventilación ni en presencia de niños, embarazadas o personas que padezcan alergia o asma. En su lugar aconsejan el uso de velas, y no de manera habitual, y ventilar la estancia como mejor opción para mejorar la calidad del aire.

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