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24 de enero de 2014

Urbes



El origen de las ciudades
Diversas circunstancias han dado origen a las ciudades. El paso de la forma de vida nómade a la sedentaria fue el primer acontecimiento que llevó al surgimiento de pueblos y ciudades.
Es más que probable que la presencia de agua ( lagos, rios...) ayudó a asentarse, a los diversos pueblos. El agua dulce es básica.
La vida sedentaria y el desarrollo de la agricultura —actividad que permitió la existencia de exdelentes de alimentos— provocaron y posibilitaron que algunos miembros de la comunidad realizaran trabajos diferentes al de tipo agrícola, favoreciendo así la agrupación de personas y la especialización de las actividades.
Algunos se dedicaron a la artesanía, otros a la alfarería, los demás al comercio, etcétera. Así se gestó el inicio de la vida urbana.
Tres fueron los factores que influyeron en la aparición de las ciudades: la existencia de un medio favorable para la producción de un excedente agrícola, una tecnología relativamente avanzada, y una estructura de poder bien establecida.
Alrededor del 4000 antes de Cristo, en los fértiles valles fluviales de los ríos Éufrates y Tigris, en Mesopotamia, surgieron las primeras aglomeraciones poblacionales, que pueden recibir el nombre de ciudades.
La vida urbana también se difundió en el valle del Nilo, en Egipto; hacia el Oriente a los valles de los ríos Indo y Amarillo, y también hacia las costas orientales del Mar Mediterráneo. 


Hay dos tipos básicos  de ciudades: las de origen centrípeto y las de origen centrígufo.
Origen centrípeto
Las ciudades de origen centrípeto son aquellas que se van formando en un lugar donde existe población rural, que se va agrupando progresivamente en un núcleo urbano, en el que se instalan servicios y comercio.
Este núcleo va atrayendo a nuevos campesinos desde localidades lejanas.
Estas ciudades son espontáneas y se forman en forma lenta, de acuerdo a las necesidades de su población y a las características del medio físico que las rodea.
Diversos factores han favorecido el surgimiento de ciudades en forma espontánea. Entre ellos se puede mencionar: la presencia de castillos, fuertes, centros religiosos, cruce de caminos, grandes explotaciones mineras e industriales, lugares de atracción turística, y concentración de viviendas rurales.
Ejemplo de ellas son las grandes capitales europeas, así como Roma, París, Londres y Berlín, generadas lentamente por la atracción del centro urbano.
Los castillos y fuertes, en épocas pasadas, fueron lugares a los cuales la gente acudía en busca de protección. Paulatinamente, se fueron construyendo viviendas en sus alrededores, las que se hicieron permanentes, y las personas comenzaron a realizar actividades diferentes a las agrícolas.
Lugares de peregrinación religiosa, conventos y monasterios, también constituyen lugares de atracción poblacional, favoreciendo con ello las agrupaciones permanentes de viviendas y personas.
La confluencia de rutas atrajo principalmente a comerciantes que lentamente fueron estableciéndose allí de modo definitivo, atrayendo a un mínimo cada vez mayor de gente.
En las ciudades espontáneas, las calles y predios toman un trazado o plano, de formas sinuosas e irregulares
Origen centrífugo
Las ciudades de origen centrífugo son aquellas creadas por una decisión tomada desde una ciudad que ya existe. Desde ella se envía a un grupo de gente para que funde una ciudad en un terreno desocupado o habitado por población, a la cual se pretende dominar.
Esta nueva ciudad, que ha sido creada por gente que conoce la vida urbana, se transforma en un enclave que permite el control del territorio circundante y la extracción de sus productos. Estas ciudades presentan generalmente un trazado geométrico. Los más utilizados son el trazado octogonal o en forma de plano damero (como tablero de dama o ajedrez).
Claros ejemplos de este tipo de ciudades son aquellas fundadas por los europeos en América, con la que los conquistadores españoles ocuparon el territorio y desde la que dirigieron su tarea de colonización hacia el espacio circundante.
Ciudades como Santiago de Chile, conservan el testimonio de su origen centrífugo, aunque sea solo en su centro, ya que su desarrollo posterior corresponde a un crecimiento no planificado.
Otro ejemplo de este tipo de ciudad son los modernos intentos para incorporar a la vida de la nación extensas zonas hasta ahora inhabitadas y de lo cual la creación de Brasilia, al interior de Brasil, constituye un ejemplo destacado.
Organización de la vida urbana
En una ciudad viven muchas personas, que desarrollan distintas actividades. Por esa razón, deben organizarse en forma adecuada en el espacio, de manera de no entorpecerse. Esta es la razón por la cual existen distintos barrios o zonas.
  • En el centro de la ciudad se llevan a cabo las actividades relacionadas con los negocios, las finanzas, la cultura y la administración pública. Esta zona central se caracteriza por acoger a una gran cantidad de población flotante.
    Al centro llegan muchas personas a trabajar o a hacer trámites, pero pocos viven allí en forma permanente.
    Las ciudades latinoamericanas se han desarrollado a partir de lo que se llama su centro histórico, lugar en el que se encuentra la plaza principal y las oficinas más importantes.
  • Otra zona importante y claramente identificable en una ciudad, es la zona industrial. En ella se ubica un gran número de fábricas y de otras actividades relacionadas con ellas. Por lo general, sus trabajadores habitan en esta zona.
  • También están los barrios residenciales, que pueden darse en diferentes sectores de la ciudad, dependiendo de las necesidades de sus habitantes. Así, podemos encontrar conjuntos residenciales cerca del centro, y otros en las afueras de la ciudad.
Funciones de una ciudad
El término funciones urbanas se refiere a las actividades que se desarrollan en los centros urbanos, las cuales les dan las características propias que permiten diferenciarlos del ámbito rural.
Las funciones que pueden cumplir un centro urbano son múltiples y variadas, sin embargo, se pueden clasificar atendiendo a las actividades más relevantes de cada una de ellas.
  • Función comercial: es una de las más características de la ciudad. En ella se incluyen todos los servicios necesarios para el comercio y el consumo que necesita la población urbana. Dentro de las ciudades cuya función principal es el comercio, destacan los puertos marítimos, donde fluyen mercaderías de todo el mundo, dado que el mar es la vía a través de la cual se moviliza el mayor tonelaje de carga mundial. Algunos ejemplos de ciudades que desempeñan esta actividad son: San Juan de Puerto Rico y  el puerto de Mayaguez.
  • Función administrativa o de gobierno: las ciudades que cumplen esta función son aquellas que se dedican a la organización de los servicios que requieren el buen funcionamiento de la actividad política y administrativa. Todas las ciudades capitales del mundo, así como las más importantes de cada región, desempeñan esta tarea. Por ejemplo: Washington, Canberra y Brasilia.
  • Función industrial: es una de las más importantes dentro de la ciudad, por constituir la principal fuente de trabajo de su población. Un ejemplo lo constituye la ciudad de Barceloneta al norte de Puerto Rico, donde gran parte de sus habitantes trabaja en la industria farmaceutica. A nivel mundial, podemos nombrar por su actividad industrial a Detroit y Pittsburg, en Estados Unidos; Duisburg, en Alemania, y San Pablo, en Brasil.
  • Funciones religiosa y cultural: entre las ciudades que cumplen una función religiosa, sobresalen: Ciudad del Vaticano, en Italia, a la que peregrinan miles de fieles, por ser sede del Papado, lo que hace que su importancia se extienda a otros campos además del religioso. Otros ejemplos son: La Meca, en Arabia; y Lourdes, en Francia.
    En España se conoce mundialmente el camino de Santiago, centro de peregrinación. Ciudades destacadas por su importancia en el plano educativo, en especial por el prestigio de sus universidades son: Oxford y Cambridge, en el Reino Unido; Upsola, en Suecia; Princeton, en Estados Unidos.
  • Función turística: se desarrolla en ciudades dedicadas al descanso y la recreación de las personas que llegan hasta ellas, como San Juan de Puerto Rico, de renombre internacional. Punta Cana en la hermana Republica Dominicana, entre otras. Destacan además, Paris en Francia, Roma, Venecia y Napoles en Italia, Málaga y San Sebastián, en España; Niza, en Francia; Miami y Las Vegas, en Estados Unidos. Las ciudades de este tipo presentan condiciones naturales, unidas a una infraestructura adecuada, que las hace atractivas a personas que buscan favorables condiciones climáticas, paisajes hermosos o posibilidades de practicar determinados deportes o diversiones.
    Algunas ciudades desarrollan muchas o gran parte de las funciones en forma siumultánea, de modo tal que no es posible individualizar funciones claramente preponderantes. Son denominadas por algunos ciudades mixtas, y por otros, gran ciudad o metrópoli. Entre las más sobresalientes están Nueva York, París, Londres, Roma, Los Ángeles y Boston.

El proceso de urbanización
El proceso de urbanización o de crecimiento urbano, es un concepto que comprende tanto el aumento de la población citadina como la expansión de las áreas edificadas. En la actualidad, ambos fenómenos plantean difíciles problemas de índole tan variada, como pueden ser los aspectos sociales, económicos, políticos y ambientales.
La sociedad contemporánea tiende en forma creciente a vivir en el ambiente urbano. Se estima que en la próxima década más de la mitad de la población del mundo —3.300 millones de personas— habitará en ciudades, y que en el año 2025 esta cifra llegará a los dos tercios de la humanidad.
Nunca en la historia habían existido áreas urbanas tan pobladas y tan extensas como en la actualidad, transformando territorio rural en urbano.
Metrópolis, conurbación y megalópolis
Cuando una ciudad sobrepasa el millón de habitantes, se habla de una metrópolis, y cuando varios centros urbanos se juntan entre sí, se denomina conurbación. Entre las principales conurbaciones del mundo, destacan las ciudades de Londres y Ciudad de México.
Hay casos también en los que una conurbación llega a unir varias metrópolis, y entonces hablamos de megalópolis. Esto sucede en el caso de la costa este de Estados Unidos, convertida en una gran área urbana que abarca un buen número de grandes ciudades entre Boston y Washington.
La ciudad industrial
Hasta fines del siglo XVIII, la ciudad en Europa se había basado en la agricultura. La ciudad era un mercado, lugar de comercio de los productos agrícolas. Entonces, se inició en Europa la Revolución Industrial. En la ciudad comenzaron a instalarse fábricas, y las personas que antes se dedicaban a los trabajos del campo, se trasladaron hacia ellas para trabajar. Esta migración o traslado de personas significó que la población aumentara considerablemente, y que la ciudad comenzara a crecer.
En América Latina también se dio el mismo fenómeno en las grandes ciudades, pero sin la base de la industrialización importante para sus actividades. No hubo fábricas suficientes donde pudiera trabajar la gran cantidad de campesinos que llegaron a la ciudad en busca de una mejor vida.
Proceso acelerado
Las industrias localizadas en las ciudades atrajeron a miles de personas, que deseaban trabajar en los centros urbanos. Este acelerado proceso de urbanización se tradujo en una situación insostenible para las ciudades del siglo XIX.
Debido a la gran oferta de mano de obra y para lograr el máximo de ganancias, los empresarios industriales ofrecían sueldos muy bajos, que apenas servían para pagar viviendas insalubres, agrupaciones en densos barrios obreros que ocupaban extensas áreas urbanas. Las familias se apiñaban en cubículos carentes de servicios, mal ventiladas, donde proliferaban las enfermedades.
Frente a la miseria de las masas obreras y los problemas de congestión y contaminación de la ciudad industrial, la sociedad reaccionó con diferentes posturas.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de los graves problemas de las ciudades y las crecientes revueltas populares urbanas, los gobiernos europeos emprendieron una serie de planes que tendían a mejorar las condiciones de vida de las ciudades, facilitando el transporte y la actividad comercial.
Hoy en día, el nivel de urbanización sigue experimentado un elevado crecimiento, proporcionalmente muy superior al aumento de la población total.
Ventajas y problemas de la vida urbana
La ciudad le da al hombre las posibilidades de una mejor vida, pues en ella están los servicios básicos que necesitan las personas, como hospitales, instituciones educacionales, luz, alcantarillado, agua potable, centros comerciales, centros culturales, etcétera. Además, en ella se desarrollan muchas actividades, por lo que hay mayores oportunidades de trabajo.
Por estas razones, llega una gran cantidad de gente a vivir a la ciudad lo que, sin embargo, trae una serie de problemas.
  • Hacinamiento urbano: es la excesiva aglomeración de personas y viviendas, agravada por la falta de sitios de expansión. Los habitantes se ven obligados a vivir en lugares sobrepoblados, lo que afecta su privacidad.
  • Contaminación ambiental: con la concentración de población, vehículos e industrias, se producen alteraciones ambientales en la ciudad. Estas no solo afectan a los elementos naturales del emplazamiento, sino también a sus habitantes. La contaminación atmosférica, acústica y de las aguas, por ejemplo, son problemas típicos de las grandes ciudades. El humo, el polvo y el ruido son provocados, entre otros agentes, por las industrias y los vehículos que circulan por la ciudad.
  • Congestión del tráfico: la gran extensión de la ciudad hace que los habitantes deban recorrer grandes distancias para llegar a sus lugares de trabajo o estudio. Al no contar con sistemas viales expeditos, el transporte de las personas se ve dificultado, empleando mucho más tiempo para llegar a sus lugares de destino.
  • Marginalidad urbana: dentro de la ciudad, existen barrios donde sus habitantes viven en condiciones miserables, marginados de las ventajas que supuestamente ofrecen las ciudades. No cuentan con viviendas adecuadas carecen de servicios básicos y no tienen oportunidades de educación y trabajo. Esto es fuente de origen de conductas antisociales.
  • Crecimiento de la ciudad a costa del sacrificio de las tierras agrícolas que la rodean: esto significa, por ejemplo, que los productos agrícolas suben de precio, porque cada vez están más lejos de su mercado.

La ciudad y el futuro

En el hombre contemporáneo, existe la tendencia a vivir en la ciudad, debido a las comodidades que esta ofrece. Pero, cada día se le hace más difícil resolver los problemas que ello conlleva.
En la búsqueda de adecuadas soluciones, diversos profesionales —como arquitectos, geógrafos y planificadores— han presentado distintos proyectos. Uno de estos ha sido la construcción de ciudades-jardín. En ellas se reúnen las ventajas de la ciudad con las del campo. 
Otra proposición ha sugerido que las autoridades cuiden que exista una planificación urbana, a fin de superar los problemas contaminación y marginalidad que sufre la población de la ciudad.
Otra alternativa para mejorar la calidad de vida en las urbes son las ciudades-satélite. Estas constituyen una serie de poblados menores ubicados en torno de una gran ciudad. Fueron creadas como una manera de descongestionar a la gran ciudad. Sin embargo, sus habitantes generalmente deben viajar hacia ella, pues sigue siendo su lugar de trabajo.
Será necesario un gran esfuerzo de todos los habitantes para que las ciudades ofrezcan una mejor calidad de vida. 

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